“Estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos, y nos relacionan entre nosotros. Por su escala, alcance y complejidad, la transformación será diferente de todo lo que el género humano ha experimentado antes. Todavía no sabemos exactamente cómo va a desarrollarse, pero una cosa es clara: la respuesta a la misma debe ser integrada y completa, que abarque todos los actores del sistema de la política mundial, desde los sectores público y privado a la academia y la sociedad civil.
La primera revolución industrial utilizó la energía del agua y vapor para la producción mecanizada. La segunda usó la energía eléctrica para crear la producción en masa. La tercera usó la electrónica y la tecnología de la información para automatizar la producción. Ahora, una cuarta revolución industrial está construyendo sobre la tercera, la revolución digital que ha estado ocurriendo desde mediados del siglo pasado. Se caracteriza por una fusión de tecnologías que está borrando los límites entre las esferas físicas, digitales y biológicas.” [1]
El tema de la Cuarta Revolución Industrial en la que ya estaríamos viviendo, y de sus consecuencias en el empleo y los negocios, fue un tema central del Foro de Davos.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial de Davos en los próximos cinco años se perderían 5 millones de puestos de trabajo, solamente en los 15 países más industrializados, por la automatización y las nuevas tecnologías de inteligencia artificial, robótica, nanotecnología e impresión 3D. Como consecuencia se crearan 2 millones de puestos de trabajo en las áreas de computación, ingeniería, arquitectura y matemáticas.
Las pérdidas de puestos de trabajo impactarán un poco más a los varones (52% de los trabajos desaparecidos) que a las mujeres (48%), sin embargo advirtieron que de cada 5 puestos de trabajo eliminados para las trabajadoras, solo se podrá recuperar uno, mientras que para los varones la recuperación será de 3 por cada 5 empleos eliminados.
Estamos enfrentando una transformación de la organización de la actividad económica y del trabajo en particular, es importante entender que el impacto de los nuevos desarrollos tecnológicos y la inteligencia artificial, se dan en un contexto de un ciclo de crisis, desaceleración y recesión, que ha provocado la destrucción de millones de puestos de trabajo estables y un avance generalizado del empleo precario y subempleo.
Los países no desarrollados, muchos de los cuales mantienen sus economías sobre la base del trabajo barato de baja calificación – sobre todo de Asia y América Latina – van a estar entre los más perjudicados, porqué perderá importancia su ventaja comparativa del bajo costo del trabajo. Lo mismo vale para los países que mantienen sistemas de enseñanza, incluso de cobertura masiva, pero de baja calidad, con mallas curriculares cuyos objetivos centrales son disciplinar la futura fuerza de trabajo, pero que son incapaces de estimular la creatividad y el disenso creativo entre niños y jóvenes.
Pero no todos tendrán igual acceso a las maravillas de las ciencias y la tecnología. La regla que se ha impuesto en nuestra economía capitalista es la de la concentración de la riqueza, el control de la información, del saber y como consecuencia del poder.
Los descubrimientos e invenciones que deberían beneficiar a la humanidad, permitiendo que los seres humanos dejen de hacer trabajos rutinarios, pesados y riesgosos, y se concentren en labores más creativas, y que permitan elevar la calidad de vida y el bienestar, bajo el capitalismo y su afán de lucro sin límite, se convierten en nuevas fuentes de desempleo e infelicidad. “…Los gobiernos deberán lidiar con más desempleo y más desigualdad.” Indica el comunicado de Klaus Schwab, director del Foro.
El mayor impacto en el sector servicios.
“En el trabajo administrativo y los servicios profesionales se está dando un cambio menos dramático pero con un impacto potencial sobre el empleo mucho mayor. Tecnologías como la Web, la inteligencia artificial, los macrodatos y las analíticas mejoradas -todas posibles gracias a una disponibilidad cada vez mayor de potencia de computación barata y capacidad de almacenaje- están automatizando muchas tareas rutinarias. Han desaparecido incontables trabajos de oficina tradicionales, como muchos de los que hay en la oficina de correos y en los servicios de atención al cliente. W. Brian Arthur, investigador visitante en el laboratorio de sistemas de inteligencia del Centro de Investigación de Xerox en Palo Alto (EE.UU.), lo denomina la «economía autónoma». Es mucho más sutil que la idea de robots y la automatización encargándose de trabajos humanos, afirma: implica «procesos digitales hablando con otros procesos digitales y creando nuevos procesos», permitiéndonos hacer muchas cosas con menos gente y haciendo que más trabajos humanos queden obsoletos.” [2]
Hace tiempo que la automatización se instaló en la industria, como la automotriz, realizando muchas de las actividades rutinarias. Amazon es un ejemplo de la robótica introducida en la gestión de stocks de bodega; pequeñas maquinas inteligentes de color naranja se mueven entre las estanterías y entre miles de productos sacan los solicitados, y los entregan a los empaquetadores que por el momento siguen siendo personas humanas.
“La automatización afectará sobre todo a profesiones que contemplan tareas repetitivas, como operadores telefónicos, cajeros de supermercados, trabajos del campo administrativo y todo lo que tenga que ver con el transporte y la logística.”[3]
El sector donde se supone que la “Cuarta Revolución Industrial” avanzará más en el futuro inmediato será el de los servicios. La difusión masiva de los computadores y software asociados al “trabajo de oficina” ya ha tenido un impacto importante, que se profundizará en los próximos años. Pero todavía es poco en relación con la “invasión” que reemplazará mucho trabajo humano de los servicios. Se producirá una eclosión de educación a distancia, que pondrá en cuestión mucho de nuestra percepción de la escuela y la universidad tradicionales, educadores robóticos darán respuesta a necesidades específicas.
En medicina se espera que los nano fármacos y nano implantes, las medicinas genéticas, los exoesqueletos robóticos, y artilugios con inteligencia artificial serán capaces de ayudar y estimular a pacientes con demencia, enfermedades del espectro autista, y limitaciones motores mejorando sus habilidades cognitivas, motoras y sensoriales entrarán a los servicios de salud. Así pacientes que hoy están postrados y necesitan auxilio para sus funciones cotidianas se beneficiaran de robots inteligentes y exoesqueletos que les proporcionaran la coordinación y energía para el movimiento de sus miembros, recibiendo impulsos directamente del sistema nervioso de los pacientes o “inválidos” que dejarán de serlo. Pero incluso personas completamente sanas se beneficiarán de la ayuda para multiplicar la fuerza de los portadores de los exoesqueletos y cargar grandes pesos.
La banca y la automatización inteligente.
Como escribimos antes el sector más afectado por los cambios tecnológicos y las inteligencias artificiales en los próximos años serán los servicios, donde encontramos el comercio, la salud y los cuidados personales, y los servicios financieros, pero también la educación.
En la banca se ha estado conjugando una “tormenta perfecta” para la destrucción de puestos de trabajo. Las renovadas señales de crisis financiera y recesión en los principales centros geográficos de la economía mundial, se conjugan con la robotización en el sector servicios. Se trata de un esfuerzo para reducir el costo laboral eliminando trabajadores.
El año 2015 se perdieron más de 100.000 puestos de trabajo en la banca en los países de Europa Occidental y Estados Unidos. “Desde el estallido de la crisis se han recortado más de 400 mil empleos vinculados al sistema financiero sólo en Estados Unidos, se espera que en los próximos años la banca recorte el 50 por ciento de sus empleos.” [4]
Un ejemplo es Deutsche Bank el gigante bancario, que tras la gran crisis bancaria de 2007-2008 fue considerado uno de los mayores bancos mundiales, de hecho, el primero en algunos rankings, ahora es el principal enfermo de Europa, esta institución anunció en 2015 que su planta entonces de 110.000 funcionarios sería reducida en 35.000. En la banca la transformación empezó hace algunos años, las operaciones presenciales de los clientes y los cajeros humanos están siendo progresivamente reemplazados por operaciones virtuales, transferencias electrónicas, sistemas operaciones y contables automatizados, cajeros automáticos y otras maquinas que reciben depósitos y cheques. Las nuevas tecnologías de información y comunicación, permiten concentrar muchas operaciones, y desplazarlas lejos de las sucursales, incluso a otro país. Los clientes, sobre todo jóvenes acuden cada vez menos en persona a los bancos. Para Francisco González, del BBVA y participante en el Foro de Davos, en el sector financiero “la clave para una entidad como BBVA es convertir el banco en una compañía de servicios digitales”[5].
Economías colaborativas.
Si simplemente nos quedamos con la destrucción de puestos de trabajo, que bajo el sistema económico social actual, va de la par con los grandes cambios, que los representantes de las clases dominantes que se reúnen en Davos discuten, entonces a pesar de las promesas maravillosas de la automatización inteligente, el futuro parece triste. Una réplica en gran profundidad de la fotografía actual de la alimentación en el planeta donde un tercio de los habitantes está desnutrido e incluso al borde de la muerte por hambruna, y otro tercio mal alimentado con sobrepeso y obesidad mórbida, cuando nuestros conocimientos y productividad perfectamente podrían evitar ambos estragos.
No hay que subestimar la capacidad del ser humano para usar el avance de las ciencias y tecnología y edificar nuevas relaciones sociales y productivas. Las soluciones en el empleo están al alcance de la mano, y se basan en el principio que antes de la competencia está la colaboración, la propia división del trabajo y especialización del trabajo es una forma de colaboración social. La generalización de la colaboración respaldada por las herramientas tecnológicas de las tecnologías de la información y la comunicación resultaría en un salto prodigioso de productividad que permitiría repartir el trabajo, y todos trabajaríamos menos y producir respectando los ecosistemas. Con más tiempo para la educación y la formación, para el ocio creativo y recreativo, y para controlar y gestionar las cuestiones públicas, todo lo cual permitiría construir una sociedad democrática genuina, de amplia participación, reduciendo la desigualdad entre representantes y representados. “El futuro del empleo, de hecho, ya está aquí. Se llama “economía colaborativa” (sharing economyen inglés). La definición de Wikipedia es la más precisa: “Un sistema económico en el que se comparten e intercambian bienes y servicios a través de plataformas digitales.”[6]
Sin embargo, para que la economía colaborativa, la planificación democrática, la socialización de la gran propiedad… alcancen su pleno desarrollo es necesario acabar con el sistema económico basado en la persecución del lucro individual como principal motivación. Las condiciones materiales para una sociedad colaborativa son más favorables de lo que nunca fueron, pero chocan con la barrera de poderosos intereses y relaciones que han ocasionado una creciente concentración de la riqueza en un grupo reducido de la sociedad, con el costo de la depredación creciente del ser humano y la naturaleza.
Patricio Guzmán S.
[1] Klaus Schwab. Fundador y Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial. 14 de enero de 2016. The Fourth Industrial Revolution: what it means, how to respond
[2] MIT Technology Review. 25 de Junio de 2016. David Rotman. De cómo la tecnología está destruyendo el empleo
[3] El País. 8 de febrero de 2016. Luca Costantini. Los robots, la cuarta revolución industrial.
[4] El Blog Salmón. 16 de diciembre de 2015. Marco Antonio Moreno. La banca recortó 100 mil empleos en 2015 y reducirá a la mitad sus puestos de trabajo.
[5] 21 de enero de 2016. Entrevista en CNN desde Davos.
[6] Forbes. 24 de febrero de 2016. Pablo Majluf. La economía Colaborativa.