En Chile el uso de tarjetas de débito y crédito han aumentado en los últimos cinco años en un 35,1% y un 171%, respectivamente, según informa la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, llegando en 2018 a una vigencia de tarjetas de 22,3 millones, las de débito y a 17, 8 millones de crédito.
Sin lugar a dudas, todas las transacciones referentes a tarjetas de débito y crédito, han aumentado en los últimos años, excepto el retiro de dinero de los cajeros bancarios, que disminuyó de 32,2% en 2013 a un 24,9% en 2018.
La preferencia de este uso -que responde a una tendencia global-, y también de los portales web de los bancos para realizar distintas operaciones, por sobre el efectivo, dan cuenta de una expansión del parque de tarjetas, que disminuye las sucursales bancarias, y en consecuencia los puestos de trabajo.
Según explicó Radio Bio Bio a comienzos de año, el número de oficinas bancarias (casas matrices, sucursales, oficinas y cajas auxiliares) bajó un 3,9% entre 2017 y 2018: en un año se cerraron 87 oficinas, totalizando a 2.099 espacios a nivel nacional. Scotiabank y Bci lideraron en este ítem, cerrando unas 40 oficinas, lo que se traduce en una reducción de 18,5% y un 12,9% respectivamente.
Como consecuencia de lo anterior, el 2018 se recortaron 787 puestos, mostrando una baja de 1,3% en el personal. Scotiabank encabeza la lista con un 8,6% menos, seguido por Bci (5,2%), Itaú (con un 2,1% y que ya se había fusionado con Corpbanca en 2016) y BancoEstado.
Estas cifras a nivel nacional, están en línea con el informe publicado en enero del 2017 por la consultora internacional McKinsey Global Institute, donde se explica que en Chile 3,2 millones de empleos podrían ser reemplazados por sistemas automatizados en los próximos 20-40 años, lo que representa el 49% del total de trabajo que hoy se ofrece en el país.
Ciper Chile, señala al respecto que estas cifras permitirán a las empresas grandes ahorros: US$9 mil millones en el retail, US$6 mil millones en la industria. “¿Qué pasará con los trabajadores? McKinsey cree que la tecnología hará aparecer nuevos trabajos pero muchos especialistas discrepan y avizoran una tormenta perfecta: personas que viven más y necesitan trabajar más tiempo pues las pensiones no alcanzan, mientras las empresas producen más bienes y más riqueza con menos empleo”.
Ante esta situación, como trabajadoras y trabajadores del sector bancario, debemos adentrarnos en la discusión de cómo dar solución a este problema, poniendo el acento no en las utilidades de la banca, sino en los derechos laborales de todas y todos.