¿Y AHORA, QUIÉN NOS PROTEGE?


COLUMNA DE OPINIÓN
Pamela Henríquez Marín
Presidenta Confederción de Sindicatos Bancarios y Afnes

Cuando comenzó la crisis sanitaria, las y los trabajadores bancarios no imaginamos la magnitud de ella y menos que estaríamos en el centro de la pandemia, como primera fila, aportando con nuestro trabajo a los servicios esenciales en nuestro país. Muchos colegas con enfermedades de base, madres de niños pequeños y mayores de 65 años tuvieron que quedarse en casa, igualmente un porcentaje importante de trabajadores y trabajadoras comenzaron una nueva forma de desarrollar sus labores con el teletrabajo. Los demás, haciendo de tripas corazón, han ido día a día a las sucursales bancarias a lo largo del país, arriesgando su salud y vida en los trayectos desde la casa al trabajo  y en el contacto presencial con los clientes, pero como era de esperar, no somos inmunes a la infección, por lo que comenzaron los contagios entre los trabajadores, las  cuarentenas preventivas de todos los involucrados, sanitización de sucursales. Los enfermos a sus casas tratando de no contagiar a sus seres queridos y al resto de la familia. Al otro día apertura de la sucursal, nuevas caras, nuevos trabajadores en todos los puestos que quedaron vacantes. Pero cabe hacerse la pregunta: ¿es necesario mantener el trabajo presencial en las sucursales de los bancos teniendo en cuenta la amplia variedad de formas de transacción remota que existen?

Para nosotros, las trabajadoras y trabajadores bancarios, mantener las labores presenciales en el actual contexto de crisis sanitaria es esencialmente injusto e inseguro, y demuestra claramente las prioridades que tiene la clase política y económica gobernante en el país, en la que los bancos están muy fielmente representados.

Pero ¿A los trabajadores, quién nos protege cuando ya estamos con la enfermedad en nuestros cuerpos?, esa es la pregunta que le hacemos a nuestras empresas bancarias que nos alentaron a trabajar en pandemia, a la Dirección del Trabajo, a la SUCESO y al gobierno.

Cuando todos los recursos para lograr recuperar nuestra salud son por cuenta propia y pagando de nuestros bolsillos la cuenta de las atenciones en centros públicos y privados de salud. Es urgente reconocer como enfermedad laboral el covid- 19 y necesitamos a la brevedad que las mutuales la acojan como indica el dictamen 1482-2020 de la Superintendencia de Seguridad Social.   

Hasta el momento, son muchos los trabajadores y trabajadoras contagiadas. Hemos tenido que lamentar el fallecimiento de colegas del sector financiero o de sus familiares cercanos, así como  la permanente rotación por contagio en las sucursales. Es por ello que resulta imperioso reiterar el llamado a resguardar la salud y vida de los trabajadores bancarios que, en estos momentos, también están enfrentando la enfermedad en la primera línea en Chile.