Para muchos santiaguinos que debe usar el transporte público en estos días en la capital ha quedado claro que él debe estar en manos del Estado pues los empresarios privados no son capaces de garantizar un buen servicio, responsabilidad y una adecuada malla de recorridos. Es por ello que desde la Confederación Bancaria nos hacemos eco de los llamados desde distintas posturas a estatizar el actual sistema asegurando fuentes laborales estables, regularidad y buen servicio a todos los habitantes de la capital.
Los sistemáticos errores cometidos en el diseño y aplicación del sistema de transporte de la capital reflejan un hecho cierto: éste fue hecho a espaldas de la gente y aplicado con criterios economicistas y de libre mercado, ángulos ambos inadmisibles cuando se tiene que hablar de un sistema global de comunicación de la capital de un país donde se debe resguardar antes que nada el bienestar de la población.
Ya lo han dicho diversos expertos: la malla de recorridos de buses que tenía Santiago antes de la aplicación del actual plan era intrincada pero efectiva y obedecía a hábitos de recorridos útiles para los seis millones de habitantes de Santiago.
En cambio el gobierno al aplicar el sistema reorganizó todo en base a una idea artificial de orígenes y destinos y mantuvo todo el complejo en manos privadas, en muchos casos las mismas que durante años monopolizaron el transporte para beneficio personal.
Una vez que el sistema fracasó, en vez de decidirse a cambiarlo todo de una vez, el gobierno ha emprendido un camino de parches y soluciones parciales sin atacar el fondo del problema, sino que subvencionando con dineros fiscales la inoperancia de los privados. Es así que no sirve el Administrador Financiero porque no se sabe dónde van a dar los dineros recaudados, no sirve seguir atochando al Metro porque por buen sistema que sea no dará abasto, no sirve que haya buses que hagan el mismo recorrido que el Metro porque la gente nos los utiliza: en suma no sirve seguir dando palos de ciego.
En muchas áreas de la realidad del país el gobierno desea imitar los ejemplos de tal o cual país más avanzado. Pues es esta la oportunidad de hacerlo respecto al transporte urbano que es estatal en la mayoría de los países desarrollados pues esta es la única vía de entregar un buen servicio, alejando el lucro privado de esta importante actividad económica.
Es por ello que desde la Confederación Bancaria llamamos a los usuarios del sistema a que hagamos sentir nuestro descontento y forcemos al gobierno a darle una solución efectiva y final al problema que no debe ser otro que la estatización de las empresas operadoras y la creación de una sola Autoridad Metropolitana del Transporte de Santiago que se encargue de supervigilar el funcionamiento de todos los recorridos, delinee de nuevo los traslados, descongestione el Metro y cree un clima adecuado y confiable en lo que es uno de los principales servicios públicos que debe otorgar un país a sus habitantes.