De acuerdo al último informe emitido por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, la banca que opera en Chile obtuvo el 2009 la friolera de 2.417 millones de dólares, mientras que, producto de la crisis económica mundial, en Chile el desempleo bordea los dos dígitos, se multiplica el trabajo informal, y diversas áreas de la economía –como la construcción, el comercio y la exportación forestal- se vieron fuertemente dañadas por la recesión planetaria, la industria bancaria, por el contrario, apenas vio afectadas sus utilidades.
Sin embargo, las ganancias bancarias en ningún caso reportaron mejoras salariales y de condiciones de trabajo para los empleados del sector. De hecho, un trabajador promedio de la banca obtiene por su trabajo un salario mensual de $ 300 mil pesos (560 dólares). Los últimos años, en general, no han existido reajustes remuneracionales para los empleados, salvo a aquellos grupos de trabajadores que han logrado negociar colectivamente. Así y todo, los convenios colectivos no superan un aumento de 500 pesos diarios por persona”.
Es por ello que la Confederación de Sindicatos Bancarios –única multisindical del área- denunció ante la opinión pública “las brutales desigualdades existentes en la banca entre los sueldos de miseria que ganan los empleados –que con su labor colaboran estratégicamente en el negocio financiero- y las ingentes utilidades de la industria y las rentas de los gerentes”. Asimismo, demandó a la actual administración política del país y a la que asumirá en marzo a que “tome cartas en el asunto en el sentido de intervenir para propiciar una distribución justa de las utilidades, correspondiente a los beneficios multimillonarios acaudalados por el sector”.
Del mismo modo, la Confederación denunció “la escandalosa práctica del Secreto de la Rentas Gerenciales, esa minoría de altos ejecutivos donde, la multisindical esta segura, que va a parar un altísimo porcentaje de las ganancias de la industria del crédito. Al respecto, resulta por lo menos extraño e ilegítimo, que las casas matrices de España de las plazas de los bancos Santander y BBVA que operan en Chile, en su país de origen publiquen profusamente las rentas de sus ejecutivos más altos y gerentes mientras que en nuestro país esos números se mantienen bajo siete llaves y completamente desconocidos. Ello comporta una falta de transparencia dañina y antisocial tanto para la opinión pública, los usuarios de la banca, y los propios trabajadores”.
La Confederación Bancaria reitera su compromiso de luchar por un sistema financiero al servicio del desarrollo del país; el fin de la usura legalizada que endeuda infinitamente a los usuarios chilenos; y el mejoramiento permanente de las condiciones de vida y trabajo de los empleados bancarios. En este sentido, la Confederación cobra la palabra empeñada por Sebastián Piñera durante la campaña electoral cuando se refirió a tomar medidas para limitar la usura en el sistema financiero.
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Departamento de Comunicaciones
Confederación de Sindicatos Bancarios de Chile
Febrero 5 de 2010