Según el estudio “Mujeres Trabajando, una exploración al valor del trabajo y la calidad del empleo en Chile”, sacado a comienzos de marzo de este año por Fundación Sol, el 84,9% de las mujeres con trabajo remunerado en el país ganan menos de 500 mil pesos y el 58,6% gana menos de 250 mil pesos. El Informe económico de enero 2015 realizado por la propia Fundación Sol establece que la brecha entre lo que gana una mujer y un hombre es de 42,6%. Es decir, mientras el promedio salarial de un hombre es de $491.000, el de una mujer es de $344.384, con una diferencia de 146.625 pesos. Sin la distorsión del promedio general, que incluye los altos cargos gerenciales, que son ocupados principalmente por hombres (lo que en si es parte de la discriminación existente), la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo importante, alcanzando el 28,7% a favor de los hombres, esto es considerando la situación del 50% de las mujeres trabajadores versus el 50% de los hombres de acuerdo a su nivel de ingreso.
Cada año, al comenzar el año laboral, se presenta el 8 de marzo como la primera instancia movilizadora del mundo del trabajo y, necesariamente, nos invita a medir cuánto se ha avanzado en la consecución de los derechos de las mujeres, tanto a nivel laboral como social, y lamentablemente vemos que los discursos que hablan del término de la discriminación por género y de igualdad de derechos está lejos de reflejarse en la vida diaria de las mujeres, sobretodo de las que viven de un sueldo y no se ubican en el primer quintil de ingreso.
Las más discriminadoras: las AFP
Esta brecha se profundiza durante la vejez, siendo la previsión un espacio donde la discriminación hacia la mujer se ha hecho palpable e insostenible desde la privatización del sistema en 1981, con el surgimiento de las AFP.
Las mujeres reciben pensiones un 30% inferiores a las que recibe un hombre realizando la misma labor e imponiendo por la misma cantidad de año. En diciembre de 2014, del total de pensiones pagadas por las AFP, el 93,1% es a mujeres que recibieron una pensión inferior a $147.763 mensuales. El porcentaje de hombres que recibió esa cantidad es igualmente alto pero es menor que el de las mujeres: 87,3%.
Para las mujeres la situación empeora por las lagunas provocadas por el nacimiento y crianza de hijos, pero además, está la aplicación de tablas con una exagerada de esperanza de vida, dividiendo su fondo final acumulado por mucho más tiempo lo que reduce sus pensiones. Este sistema está hecho para funcionar en un país ideal, con pleno empleo, sueldos decentes y una estabilidad laboral que permita estar 40 años imponiendo. Ninguna de esos requisitos se vive en nuestro país, perjudicando a la hora de jubilar a toda la clase trabajadora, pero sin, duda las más perjudicadas son las mujeres al no tomar en cuenta la división sexual del trabajo existente ni la diferencia entre los ingresos ni la doble jornada que tiene la mujer trabajadora.
El desincentivo a la maternidad
Con este escenario, no es extraño entonces, que la tasa de natalidad haya bajada a niveles de los países europeos: 1,9 hijos por mujer. El estudio que arrojó esta cifra fue realizado por el Instituto de Ciencias de la Familia de la Universidad Los Andes, destacando que esta baja tasa de natalidad tiene como consecuencia que “la sociedad chilena no alcanza a tener el mínimo de hijos necesarios (2,1) para mantener en el tiempo su población activa (tasa de reposición), lo que empeorará la calidad de vida de las generaciones futuras”. Es decir, el actual sistema económico ha hecho cada vez más difícil y cara la maternidad para las mujeres, por lo que éstas están decidiendo no embarazarse.
Esperemos que los 8 de marzo futuros, la evaluación sea más positiva para todo el género femenino y que se entienda que mejorar las condiciones laborales, salariales, previsionales de las mujeres beneficia a toda la sociedad.
Link a estudio“Mujeres Trabajando, una exploración al valor del trabajo y la calidad del empleo en Chile” de Fundación Sol:
http://www.fundacionsol.cl/wp-content/uploads/2015/03/Mujeres_trabajando.pdf