Christine Lagarde, la directora del Fondo Monetario Internacional advirtió en entrevista pública, el pasado fin de semana, que la economía mundial está a punto de entrar en una nueva recesión global. Además Lagarde señaló la probabilidad que los bancos entren nuevamente en crisis, explicando que “La insegura situación económica y la crisis de la deuda estatal han minado la credibilidad de los bancos”.
Por su parte el Banco Mundial, en su reciente Informe de Perspectivas Económicas Globales, dijo que la economía mundial estará bajo mucha presión por el efecto de la crisis financiera en Europa y el efecto de la desaceleración de la economía China. De acuerdo a esta institución el crecimiento de la economía mundial será tan solo de un 2.5%. El pronóstico para la economía de Brasil es que pasará de un crecimiento del 7.5% en 2010, a un 3.4% en 2012. Chile, que de acuerdo con el Banco Mundial tuvo un crecimiento del 6.2% en 2011, no llegará al 5% estimado por el gobierno para 2012, el banco piensa que para 2012 el crecimiento de la economía chilena seá de 4.1%.
El Banco Mundial se une al coro de expertos que están recortando sus pronósticos para la economía chilena en el 2012. En su nuevo informe Perspectivas Económicas Globales, el banco proyecta ahora que la economía Chilena crecerá tan solo un 4.1% este año, lo que es un recorte de casi un punto comparado con el 5% estimado en la versión de junio pasado. Para el conjunto de las llamadas “economías emergentes”, el Banco Mundial proyecta un crecimiento de 5.4% para este año 2012.
Europa está ahora en el centro de la renovada crisis mundial, con el añadido de una crisis monetaria que ha puesto al Euro ante la posibilidad de la dislocación. Hay muchas opiniones divergentes sobre cómo se desarrollará el proceso, pero pocos analistas serios se atreven a afirmar que el Euro pasará indemne esta crisis, por ejemplo, algunos sostienen que Grecia será el primer país en abandonar el Euro, mientras que otros recomiendan a Alemania abandonar la moneda común en compañía de las economías fuertes de la zona Euro en Europa Central y del Norte, dejando el Euro para los países periféricos, que no están en condiciones de avanzar hacia una unión de política fiscal. Sin embargo, los analistas concuerdan en que la zona Euro no podrá continuar como hasta ahora, y la pregunta comienza a ser quien pagará los costos de la ruptura de la zona monetaria común.
Así Roubini, famoso por pronosticar el colapso económico antes de 2007-2008, dijo en una entrevista que “Atenas será la primera de las torres que caerán en la zona euro ante la imposibilidad de hacer frente a sus vencimientos de deuda, pero tendrá acompañantes. «Grecia va a ser el primer país en reestructurar su deuda, pero no creo que sea el último”.
Los gobiernos europeos han implementado políticas de austeridad brutales, intentan que la clase trabajadora pague por la crisis. Los medios al servicio de las clases dominantes han desarrollado una verdadera campaña argumentando que la crisis de la deuda no puede solucionarse sin recortar profundamente el déficit fiscal, en otras palabras que es necesario desmontar el estado de bienestar en Europa, o más bien lo que sobrevive de las conquistas sociales arduamente conseguidas en la posguerra, de esta manera reduciendo los niveles de vida y de estabilidad del grueso de la población, supuestamente se solucionaría la crisis de la deuda.
Muchos economistas reputados, ha respondido a este consenso económico convencional, explicando que medidas de austeridad tan brutales, cuando la economía muestra tendencias recesivas van a agravar los problemas al reducir la demanda efectiva. P. Krugman ha recordado que “Recortar el gasto público cuando la economía está deprimida deprime la economía todavía más”, Por su parte J. Stiglitz sostiene que “Este año parece encaminado a ser aún peor. Es posible, por supuesto, que Estados Unidos solucione sus problemas políticos y adopte finalmente las medidas de estímulo que necesita para reducir el desempleo al 6% o al 7% (el nivel previo a la crisis del 4% o el 5% es demasiado pedir). Pero esto es tan poco probable como que Europa se dé cuenta de que la austeridad por sí misma no resolverá sus problemas. Por el contrario, la austeridad solo exacerbará la desaceleración económica. Sin crecimiento, la crisis de la deuda -y la crisis del euro- solo empeorará. Y la larga crisis que comenzó con el colapso de la burbuja inmobiliaria en 2007 y la recesión que la siguió continuarán.” Roubini dice que “la zona euro necesita más crecimiento, no más austeridad”.
Patricio Guzmán