Según consigna el diario Estrategia, durante la junta de accionistas del Banco Scotiabank, celebrada el 21 de abril, el Gerente General de la institución financiera, Francisco Sardón, informó que las utilidades del banco crecieron un 55% durante el año 2014.
En dicha Junta fueron elegidos nuevos los directores, destacándose entre ellos Juan Antonio Guzmán, quien también es director de SQM y tiene cargos formulados por la SVS. Cabe preguntarnos entonces, ¿qué confianza pública puede existir en una institución que nombra como director a una persona que está en medio de un escándalo de corrupción de tamañas proporciones?
A pesar de sus cuantiosas utilidades, esta institución financiera vivió una larga huelga de trabajadores en octubre y noviembre de 2014. La paralización terminó tras 15 días de movilización, sin conseguir sus reivindicaciones y con los empleados divididos producto de las maniobras ejercidas por el banco para la restitución de las “actividades normales”. Es así como el sindicato se vio obligado a acogerse al artículo 369 del Código Laboral. Este artículo significa que los trabajadores deponen su huelga, manteniéndose el acuerdo anterior durante 18 meses, pero sin ningún reajuste, ni siquiera por IPC.
No satisfecha con esto, la empresa bancaria, ha llevado a tribunales a los dirigentes de los trabajadores con la intención de desaforarlos y despedirlos, en una maniobra a todas luces de carácter antisindical.
De acuerdo con Estrategia, para Sardón la principal preocupación es la Reforma Laboral que está impulsando el gobierno. En particular considera “inaceptable que a empresas de servicios como la banca se les impida poner reemplazos en huelga”, critica también el fortalecimiento de los sindicatos que según él se pretende con esta iniciativa.
La verdad es que con sus declaraciones, Sardón simplemente muestra la vena extremadamente reaccionaria de la gran banca chilena, temerosa ante cualquier reforma. Porque, en realidad, esta Reforma Laboral no fortalece a los sindicatos ni mejora la cobertura de la negociación colectiva que mantiene exclusivamente dentro de la empresa y sigue aceptando la práctica antisindical en los grupos negociadores. Peor aún, abre la puerta a una mayor flexibilización, a la pérdida de derechos fundamentales de los trabajadores reconocidos por la ley, al ampliar la negociación a materias como establecimiento de bolsas de horas extraordinarias, la regulación y retribución de tiempos destinados a la preparación para trabajar, así como a jornada pasiva.
Sin embargo, queda fuera de la negociación colectiva cualquier participación en la gestión de la empresa por parte de sus trabajadores.
El Derecho a Huelga es un derecho básico de la relación laboral, sin el cual la negociación pierde sentido por el desequilibrio de la relación entre las partes, y no debería estar reglamentada más allá de los procedimientos básicos para decidir llevarla a cabo.
En Chile la huelga es ineficiente porque la empresa puede reemplazar a los huelguistas. El proyecto termina con la contratación de rompehuelgas pero, en cambio, incorpora “Servicios mínimos”,una nueva obligación impuesta al sindicato para que la huelga sea una presión menor e ineficaz.
La relación entre Scotiabank y Cencosud.
Cencosud ha cerrado todas las sucursales de banco Paris, excepto una, ha despedido al grueso de sus trabajadores, incluidas mujeres embarazadas y dirigentes sindicales, también ha trasladado parte de su negocio bancario al interior de sus multitiendas y ha llegado a un acuerdo con Scotiabank para que administre sus servicios financieros.
Francisco Sardón dejó claro que con este acuerdo Scotiabank quiere hacer crecer sus negocios con una alianza que flexibiliza los límites que imponen las regulaciones bancarias. Según sus propias palabras consignadas por Estrategia, “estando dentro del marco operativo de un banco y bajo la regulación y los límites de provisiones, pueda crecer este negocio a tasas importantes y para ello Cencosud es un brazo clave que nos puede ayudar en este objetivo”.
Por Patricio Guzmán S.