El martes 10 de marzo, se llevó a cabo en el Teatro Camilo Henríquez el primer acto formal de rechazo a la Propuesta de Reforma Laboral que patrocina el Gobierno de Bachelet. Este acto organizado y convocado por el Comité de Iniciativa por la Unidad Sindical CIUS, congregó a más de 250 personas, número importante, toda vez que esta iniciativa recién se constituyó el 12 de febrero, fecha histórica que recuerda la fundación de la histórica Central Unica de Trabajadores que levantara y dirigiera Don Clotario Blest y que nada tiene que ver con la actual CUT, que más que representar los intereses de los trabajadores se ha convertido en una oficina del ministerio del trabajo, cuyo rol fundamental en los últimos meses ha sido promover la política de la NM y defender con los dientes apretados toso lo que el gobierno lleve adelante. La obsecuencia de la Presidenta ha roto con toda la tradición del movimiento sindical conviertiendo a la Central en una caja de resonancia de los partidos, especialmente del PC y del PS.
Este acto, cuyo discurso central estuvo a cargo del Compañero Manuel Ahumada, Presidente de la CGT, enfatizó en la necesidad de la unidad del mundo del trabajo, en la independencia política como principio irrenunciable de los trabajadores y, por sobre todo en la solidaridad no solo discursiva, sino que ésta se convierta en un arma de eficaz para que poco a poco, paso a paso, vayamos avanzando y logrando pequeños triunfos que hagan recuperar la confianza de los trabajadores en sus sindicatos, únicas herramientas para hacer valer sus derechos e intereses. Este acto, en su justa medida nos dota de nuevos alicientes, es una señal de esperanza para miles de trabajadores que luchan desamparados y solos ante la prepotencia cada vez más corrupta de una clase patronal no descansa en arrebatarnos nuestros derechos más elementales. De allí que valoremos este pequeño acto. Tenemos desafíos, este primero de mayo debemos multiplicarlo, sumar a miles de trabajadores a las calles para que el grito por justicia social, por respeto a nuestra condición de trabajadores se escuche de una vez por todas.