Conversamos con Miguel Antileo, presidente del sindicato, quien nos dio una panorámica del proceso de negociación colectiva iniciada el 21 de septiembre y que hoy continúa con una decidida huelga y la postura de los trabajadores de no bajarla por ofertas miserables.
“El día 21 de septiembre empezamos con la negociación reglada, con la empresa ofreciendo sólo el IPC y los mismos beneficios que hoy tenemos, a lo que obviamente, votamos que no. En la fase buenos oficios, la empresa nos ofrece 1.3%, que equivale a un aumento de $1.300 pesos por cada cien mil pesos de sueldo”, cuenta Miguel Antileo, agregando que “el promedio de ingreso de los trabajadores es de 400 mil pesos mensuales”.
La negociación continuó, pasando la empresa a ofrecer, de un 2,5% hasta el 3% de reajuste, con un bono de término de conflicto de 800 mil pesos, pero dejando atada la negoción por 4 años. “Esta propuesta la recibimos en el séptimo día de huelga y se rechazó por considerar plazos muy largos y congelar nuestras remuneraciones por cuatro años”, cuenta Antileo.
A continuación, el sindicato le presentó una contrapropuesta en búsqueda de acuerdo, consistente en una negociación a dos años, con un incremento salarial de un 5% y un bono de término de conflicto de 450 mil pesos. “La empresa nos acoge la solicitud, nos llama a reunión el día de ayer y nos indica que es imposible, que no tiene los recursos, pero no da una contrapropuesta. Es decir, siguió dilatando la situación”. En el día 12 de la huelga, los dirigentes confrontaron a la empresa, preguntándole si existía o no voluntad de arreglo y con este fin, flexibilizaron nuevamente su propuesta, ofreciendo a la gerencia “una negociación a tres años, con un incremento de un 4% este año, un 2% el próximo y un 1% el siguiente, con un bono de término de conflicto de 700 mil pesos”, petitorio que la empresa volvió a calificar como inalcanzable, ofreciendo una negociación a 41 meses, “que proporcionalmente, es menor a la primera propuesta que nos hiciera a cuatro años. Aquí juegan con los números y con la ilusión de los trabajadores”, sostiene el dirigente.
Fuerte represión
El día anterior Miguel Antileo fue llevado detenido junto a otros trabajadores por realizar una manifestación frente a la casa central de la católica, una huelga más, fuertemente reprimida por la fuerza pública. “En primer lugar hay que decir que el derecho a huelga en Chile es para la risa, desde el momento en que la empresa puede reemplazar no es una huelga, y la represión que vivimos ayer como trabajadores fue una represión innecesaria. Estábamos manifestandonos pacíficamente, y sí, es verdad, nos tomamos la calle, pero en ningún momento carabineros nos indicó que saliéramos antes de reprimir”. Claramente fue una represión excesiva con estos trabajadores. “Estamos hablando de la cuna de los grandes empresarios de Chile, de la cuna de la derecha por así decirlo. Estamos hablando que el 80% de los políticos de este gobierno salieron de la Universidad Católica de Chile. Estamos hablando de una Universidad con influencia y poder. Es más, en el diario Hoyxhoy, que pertenece a El Mercurio se indica que si los trabajadores no ingresan el día 15, van a ser despedidos. Lo que están haciendo a través de El Mercurio, es ejerciendo un medio de presión indebida hacia los trabajadores”, indica el dirigente, así lo ven también los 1.600 trabajadores que votaron contra la última propuesta, declarando su voluntad de mantener la huelga pese al amedrentamiento del que están siendo objeto.
Ana Muga
