Una grave denuncia por maltrato, hostigamiento laboral y prácticas antisindicales, realizó en nuestra Confederación, Pamela Hernández Torres, presidenta del Sindicato Interempresa surgido en el área de Fuerzas de Ventas del Banco Scotiabank.
En julio de 2015, ella estampó ante la Dirección del Trabajo la denuncia de una serie de irregularidades en su área de trabajo, partiendo por la transgresión al Articulo 22, inciso 2, por el que están contratados los ejecutivo de Fuerza de Ventas. Este artículo, les libera de cumplir una jornada laboral en un lugar de trabajo, pero según lo denunciado en el organismo fiscalizador, a los trabajadores de esta área, Scotiabak les obliga a firmar en libro de asistencia, cumplir un horario de entrada y participar en reuniones diarias a primera hora de la mañana.
Otro aspecto denunciado es que a los trabajadores se les mantienen con un contrato a plazo fijo por los primeros 7 meses, siendo amenazados a diario sobre la no renovación de su contrato.
Se les mide la productividad contemplando los días de licencia y vacaciones, perjudicando fuertemente las remuneraciones, con lo que han conseguido que trabajadores y trabajadoras eviten tomarse sus vacaciones legales en forma continua y trabajan en mal estado de salud para no tirar licencias médicas.
Las supervisoras son maltratadas sicológicamente y verbalmente por la gerencia y traspasan ese trato a los y las ejecutivas de venta.
Otro aspecto denunciado es que pese a pertenecer a Banco Scotiabank, ellos están contratados bajo el Rol 4, que significa que están excluidos de cualquier tipo de beneficios que perciba el resto de los empleados del banco. Discriminación que los excluye de bonos de desempeño, becas o posibilidad de postular a otros cargos en la empresa.
Todas estas denuncias realizadas por la dirigente, le han afectado directamente a través de las malas prácticas implementadas en su contra por el banco y su posterior despido.
Pamela Hernández nos relata que fue despedida aún teniendo fuero sindical por lo que debieron reincorporarla con fiscalizador, y que a partir de ese momento, la empresa desencadenó una persecución que rebasa todos los límites de la tolerancia. La causal de despido la perjudicaba a perpetuidad: falta de probidad justificada por el banco por haber ingresado un prospecto de cliente fichado por fraude, de lo cual la trabajadora no tenia conocimiento y sin considerar que es el Departamento de Evaluación de Riesgo el que debía aprobar o desaprobar al cliente. Luego el banco la embargó por una deuda tras apenas cuatro meses de mora (suscitada a su vez por el no pago de su salario), situación que le generó una crisis nerviosa diagnosticada por la ACHS, organismos que ha avalado sus licencias.
La Confederación Bancaria quiere desearle mucha fuerza a esta dirigente y a los trabajadores de Fuerza de Venta de Scotiabank que deben vivir condiciones extremas de trabajo y hacerles un llamado a todos a propiciar la organización sindical para luchar por mejores condiciones laborales y avanzar hacia la negociación ramal como única forma de superar las malas condiciones laborales y las malas prácticas que existen hoy en el sector.
