El movimiento estudiantil nuevamente esta en ascenso, esto, pese a los anuncios del gobierno de reformar la educación como respuesta a las demandas que los estudiantes vienen haciendo desde 2011, y es que las promesas de fortalecer la educación pública otorgando gratuidad y calidad han ido decantándose en los proyectos de ley que no han dejado muy contentos a los sectores involucrados: los estudiante de los diferentes planteles de educación superior tanto los organizados en la Confech como los de instituciones privadas que hoy también se encuentran en paro o tomadas por sus alumnos.
Quisimos saber cual es la postura de Camila Rojas, presidenta de la FECH, sobre el tipo de reforma que se está desarrollando, y específicamente sobre el proyecto de gratuidad que ha presentado el gobierno, el que cubriría el 50% de los alumnos de escasos recursos del país a través de un sistema de subsidio al alumno y no con financiamiento basal como lo pide el estudiantado.
-¿Qué opinas de las reforma que esta preparando el gobierno, y cuales serian tus mayores críticas?.
«Como movimiento estudiantil hemos hecho un trabajo extenso para armar propuestas y presentárselas al gobierno, y en ese sentido consideramos que es esencial que se incluya un plan de fortalecimiento y ampliación de la educación pública en la reforma educacional. Lamentablemente, a pesar del trabajo pre-legislativo que realizamos con el Mineduc durante el año pasado, estos puntos no se han incluído en la reforma, que termina siendo un reordenamiento del mercado educativo. Una reforma que se limite a generar nuevas reglas para el mercado educativo no es algo que cumpla con las expectativas que el movimiento social por la educación ha levantado. El Confech ha levantado tres ejes centrales: expansión de la educación pública, financiamiento y gratuidad, y en nuevo marco regulatorio, y esto no se ha visto, y esto hasta ahora no lo considera la reforma».
-Qué piensas de la forma que se esta adquiriendo dentro de la reforma la demanda por gratuidad, enarbolada por el mov. estudiantil?
«La política de gratuidad del gobierno no funciona con los objetivos que el movimiento social le planteó cuando la levantamos como una bandera esencial del movimiento estudiantil: consagrar un derecho social a la educación pública, y ser una forma de financiamiento que cambie el paradigma de financiamiento a la demanda que es la manera de distribuir recursos que impuso la dictadura. Es necesario que la reforma construya una transición para llegar a la gratuidad universal, de forma que se acabe con la necesidad de certificar la pobreza para poder acceder a un derecho; y esta debe ser una política que sea coherente con el sistema que queremos construir: no se trata de poner más plata a un saco roto, como es en un sistema con instituciones donde se lucra».
– Cómo dar respuesta a los alumnos de escasos recursos que se inscriben en universidades privadas y quieren ser beneficiados por la gratuidad?
«La reforma no puede limitarse a responder con gratuidad a la necesidad de garantizar un derecho para las y los chilenos, necesitamos que se considere una ampliación a la matrícula de las universidades públicas para que los estudiantes dejen de ser rehenes de instituciones que los estafan, que tienen bajísimos índices de empleabilidad de sus egresados, que no cumplen con los estándares de calidad que se necesita para no transformar el sueño de acceder a la educación superior en una pesadilla. La reforma debe hacerse cargo de la realidad del sistema actual y de sus estudiantes, pero no para manterla, sino para cambiarla».