UNIVERSIDAD DE CHILE
Con la presencia del ministro del Trabajo y Previsión Social, Osvaldo Andrade, del senador Pablo Longueira, del Padre Alfonso Baeza, ex – vicario de la Pastoral, de la Ex directora Nacional del Trabajo María Ester Feres, entre otros invitados, se realizó exitosamente el seminario. “Un salario justo, Una jornada justa” organizado por la Confederación Bancaria de Chile en el salón José Ignacio Domeyko de la Casa Central de la Universidad de Chile.
Ante un auditorio compuesto por casi un centenar de profesionales y dirigentes 
sindicales e invitados los panelistas expusieron sus ideas, acerca de la conveniencia de que en el país se ajusten los criterios para pagar más a los trabajadores y darles un descanso adecuado tras las extenuantes jornadas laborales.
En el encuentro realizado este miércoles 26 estuvo a cargo del destacado periodista Francisco Martorell, quien ofició de moderador.
El encuentro sirvió para debatir un estudio en derecho realizado por el abogado y académico Francisco Walker, quien estudió el tema del descanso laboral en día domingo de los trabajadores del sector financiero.
“Se ha revitalizado la preocupación de toda la comunidad nacional por los temas laborales y las vías para alcanzar mayor equidad social en Chile”, dijo el Ministro Andrade, quien agregó que el gobierno está inspirado en hacer cumplir el precepto del trabajo decente impulsado por la Organización Internacional del Trabajo, OIT.
El abogado Francisco Walker se explayó en examinar las aristas del problema de la falta de descanso en los trabajadores del sector financiero haciendo hincapié en que este fenómeno es una tendencia nacional creciente en diversos ámbitos.
Señaló que es de justeza el derecho al descanso, pues él se encuentra consagrado en textos nacionales e internacionales. El trabajo humano, sostuvo, no debiera estar condicionado a vaivenes del mercado. De esta forma, la flexibilización del descanso debiera ser excepcional en la práctica laboral y siempre con una compensación económica importante.
El padre Alfonso Baeza, ex vicario de la Pastoral Obrera, señaló que el descanso es un derecho consagrado en la historia de la Iglesia y que es menester construir una sociedad más justa, sin las tremendas iniquidades de la actual y tomar consciencia de ello.
Dijo que desde 2005 en diez veces la Conferencia Episcopal ha hecho llamados en favor de mayor justicia social y señaló que pese a que la doctrina social de la Iglesia asegura muchos derechos para los trabajadores, ello no siempre se ve reflejado en la sociedad.
Expresó que la economía debe estar al servicio del hombre y que la empresa debe ser un elemento a favor de ello y no en contra. Dijo que existe una maligna tendencia a aumentar la productividad en detrimento de la persona humana y que los trabajadores son hijos llamados a vivir una vida plena.
Por su parte, Pablo Longueira expresó que no encuentra razones para que los bancos abran los domingos y que la discusión sobre el salario ético es fundamental y que el mismo –estableció en 250 mil pesos- puede ser una referencia para aplicar en vastos sectores de la economía.
El Senador si bien se manifestó complacido con el actual modelo económico, dijo estar abierto a perfeccionarlo. Expresó su deseo de que el sueldo mínimo se convierta en sueldo base y que sea una referencia para los que puedan pagar eso y más.
María Ester Feres se centró en el hecho de que los bancos son dirigidos por grupos económicos de giro único que le exigen a sus trabajadores actividades múltiples.
Dijo que el 2004 el 54 por ciento de los trabajadores no descansaba el domingo y que Chile es uno de los países con más horas de trabajo. Resaltó que Chile tiene un 25 por ciento más de jornada laboral que países desarrollados.
Finalmente Luis Mesina, Secretario General de la Confederación, dijo que los bancarios son funcionarios de baja categoría al compararlos con los ingresos de los altos ejecutivos de esta industria. Que la actual jornada de trabajo comparada con la de otros sectores parece prudente, pero, que respecto de los salarios, éstos son cada vez más bajos y precarios y que no se condicen con el nivel de ingresos que obtienen los altos ejecutivos de este sector, lo que reafirma el carácter desigual de la distribución del ingreso en el país. Agrega que en una industria tan exitosa y rentable no puede aceptarse que hayan trabajadores percibiendo ingresos por debajo de los $200 mil mensuales.
Fue enfático al señalar que el “Estado de Derecho” sólo tiene sentido para los trabajadores en la medida que los derechos fundamentales son garantizados eficazmente por el Estado, cuando se siente que sólo un sector cuenta con las garantías para defender sus intereses, entonces el Estado de Derecho es una ilusión. Resaltó que durante los 90 se perdieron más de 10 mil empleos como consecuencia de las fusiones y que todo el empleo que se ha creado en estos últimos años es precario.
Resaltó que no se puede ser ético, si por una lado se promueve la existencia de la familia y por otro, se generan condiciones para que la misma no pueda desarrollarse plenamente a través del exceso de trabajo. “No podemos ser presos de las variables economicistas, debemos colocar en el centro de cualquier diseño social a la persona humana, a los trabajadores.
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