Lo últimos datos dados a conocer sobre el desempeño de la economía chilena en enero son muy malos. Las exportaciones cayeron 41.3% anual en enero de 2009 respecto a enero 2008, por el fuerte retroceso de los envíos de cobre al caer su precio alrededor de 54%. Por su parte las importaciones retrocedieron 25.5% en enero 2009 respecto al mismo periodo del año anterior. Por efecto del menor precio del petróleo, la desaceleración del consumo, y el impacto del aumento del tipo de cambio en la adquisición de los bienes de consumo.
A nivel mundial la recesión se ha profundizado, las medidas de salvataje bancario no han tenido todos los efectos esperados, y hay un rebrote de crisis bancaria, La incertidumbre frente a un sistema que carece de transparencia – nadie está seguro de la magnitud de los activos “tóxicos” – a instalado la sospecha en el sistema financiero y es un freno permanente al crédito interbancario, y entre los bancos y sus clientes. Mientras escribimos estas lineas se debate el plan económico de la administración de Obama para enfrentar la recesión. Para conseguir la aprobación por la cámara de representantes y el senado de su plan de rescate, Obama ha tenido que advertir de una inminente catástrofe. Gran Bretaña, que era la segunda plaza financiera mundial es considerada hoy un país que podría seguir los pasos de Islandia a la quiebra. La recesión se ha instalado en Alemania, Francia, Italia, España…
Nueva Crisis Asiatica
Todas las ilusiones sobre el desacoplamiento asiático, un papel independiente de Asía, especialmente de China, como locomotora del relanzamiento del crecimiento económico mundial se han derrumbado. Japón, la segunda economía mundial ha entrado en recesión, mientras China y la India han visto como sus economías se contraen bruscamente al ver drásticamente reducidos sus mercados de destino de las exportaciones. Asia, ahora más que una locomotora al rescate de los países desarrollados en dificultades, es parte del problema.
La caída e los precios de las materias primas y otros commodities en los mercados mundiales, está arrastrando a la recesión a los otros países llamados ‘emergentes’.
Ya no existe ningún país libre de las turbulencias económicas.
Aumenta el desempleo
En todo el mundo los despidos masivos, y el incremento brusco del desempleo, han acompañado la progresión de la crisis.
La alta cesantía es un factor adicional de la persistencia de la crisis. El desempleo, a nivel económico, multiplica la caída de la demanda, en esto al menos hay tres factores a considerar;
La gente que se queda sin salario, es restada parcial o totalmente de la demanda agregada. Al principio el golpe puede ser morigerado con los ahorros y el seguro de desempleo, pero si no se encuentra trabajo pronto, lógicamente la gente deja de consumir.
El aumento del desempleo presiona el conjunto de los salarios y las condiciones de trabajo a la baja, en países con despido libre en la práctica como Chile los patrones pueden despedir masivamente trabajadores y luego contratar con salarios mucho más bajos. Una consecuencia es la disminución de poder adquisitivo de la masa laboral.
La incertidumbre que provoca la recesión y los despidos hacen que la gente postergue sus decisiones de compra, especialmente de bienes duraderos, como viviendas, automóviles, línea blanca, e incluso vestuario y calzado.
En Chile de acuerdo con la Dirección del Trabajo la progresión del número de despidos ha sido la siguiente:
Una característica de la economía chilena es la creciente concentración del ingreso y la propiedad, con altos niveles de desigualdad social entre el quintil más rico y el resto de la población. El 20% de la población se hace con el 60% del ingreso nacional. No obstante, hasta la recesión actual, esto anduvo a la par con niveles de consumo crecientes.
¿Cómo se puede conjugar la caída de la participación de los asalariados en la renta nacional con el aumento del consumo?
Esto se explica por:
1. el aumento del PIB – el crecimiento de la economía – que aunque mayoritariamente va a los bolsillos de pocos, también permite algo de distribución abajo.
2. la bancarización masiva, via tarjetas de créditos llamadas ‘comerciales’, y tarjetas de débito.
3. endeudamiento generalizado, por ejemplo mediante el acceso masivo de los sectores más pobres, y de jóvenes estudiantes que todavía no tienen trabajo remunerado, a las tarjetas de crédito de grandes tiendas, convertidas hoy en negocios primordialmente financieros, y la las filiales financieras de los bancos..
4. a ello hay que sumar el incremento de la participación de la mujer en la fuerza laboral y finalmente jornadas más largas de trabajo y empleos adicionales.
Si se piensa, todas las condiciones anteriores están en retirada por la recesión mundial y su aterrizaje en Chile, el crecimiento del PIB se contrae, el acceso al crédito es más caro y difícil, los desempleados no son sujetos de crédito, la ocupación remunerada se destruye y se precariza. En suma estamos comenzando a ver una contracción del consumo, una disminución de la demanda. La recesión global, que comenzó con la explosión de una burbuja especulativa hipotecaria en los EEUU, ha pasado a la economía productiva real de bienes y servicios, y está destruyendo aceleradamente fuerzas productivas.
Deflación
El INE ha reportado que: “IPC de enero fue de -0,8%, el más bajo para este mes desde 1943”, En diciembre, la inflación tuvo una variación negativa, de –1,2%, en noviembre -0,1%. Por tercer mes consecutivo los índices de IPC que miden la inflación han arrojado números negativos. Hemos pasado rápidamente de una situación de crisis con alta inflación, motivada por los precios internacionales, en primer lugar del petróleo, a la situación contraria.
La vertiginosa caída de los precios internacionales ha impactado fuertemente en Chile, y ello a pesar que los empresarios procuran no traspasar toda la rebaja de precios de los insumos, a los consumidores (como en el caso de la harina y el pan). En este sentido es importante señalar que el grupo de alimentación ha tenido un comportamiento más conservador, en noviembre pasado subieron un 1,1%, en siembre y enero bajaron, pero solo -0,5% y -0,1% respectivamente.
Este impacto viene a demostrar los que muchos economistas que no compartían los dogmas neo-liberales advirtieron antes del comienzo de la crisis: la extrema exposición al libre comercio mundial de la economía exportadora chilena, no la hacía ‘blindarse’ si no por el contrario la dejaba mucho más influenciable por los vaivenes de los ciclos económicos capitalistas globales.
Hoy existe el peligro, a nivel de la economía mundial, de caer en una ‘trampa de deflación’ (caída continuada de los precios). La deflación es una situación bastante excepcional, propia de épocas muy recesivas, en principio a todos nos parece muy bueno que bajen los precios, especialmente a aquellos que están endeudados con moneda indexada a la inflación (la UF en Chile), sin embargo, la ‘trampa de deflación’ es un circulo vicioso recesivo, si la expectativa es que los precios bajaran en el futuro, la lógica para el comprador es postergar las decisiones de compra que pueda, y comprar más adelante más barato. Sin embargo, si los consumidores postergar masivamente sus decisiones de compra, el efecto es una mayor contracción de la demanda, aumenta la lentitud de la circulación del dinero porque los consumidores prefieren ahorrar sus recursos para el futuro, así la deflación es a la vez causa y efecto de la caída de la demanda, que se viene a sumar a las otras causas de la recesión, y que vuelve ineficaces las herramientas contra-cíclicas tradicionales. Los productos y servicios de las empresas no encuentran compradores, y por lo tanto no realizan su valor y acumulan pérdidas.
Salir de una situación de deflación es difícil, los retrasos en reaccionar de la autoridad económica que ente caso debería estimular el poder adquisitivo, tienen un costo de oportunidad mayor mientras más tarde reaccione, y el Banco Central chileno ha seguido preocupado de que la inflación se podía disparar – como llegó efectivamente a ocurrir casi todo el año 2008 – sin advertir a tiempo el peligro de deflación, y hasta ahora ha sido timorato en la baja de las tasas de interés de referencia.
Pero además, como ya señalamos antes al mencionar las cifras de variación de precios de los alimentos, de momento los sectores más pobres de la población están confrontados con el peor de los escenarios, el IPC muestra inflación negativa, con las consecuencias deflacionarias recesivas que hemos mencionado arriba, sin embargo los alimentos de primera necesidad, que tienen una participación mayor en la canasta de compra mientras menos ingresos tenga la persona o el grupo familiar, no están bajando en la misma proporción.
Esta claro que no ha funcionado el supuesto ‘blindaje’ de la economía chilena en el contexto mundial de recesión, y aunque todavía no se percibe en toda su magnitud, la recesión económica y el desempleo se ha instalado en Chile, y la interrogante ahora es que tan prolongada y profunda será el estancamiento, o incluso una franca depresión.
PATRICIO GUZMAN
ECONOMISTA CONFEDERACION BANCARIA