Es casi un hecho la anunciada compra del nacional Banco del Desarrollo por el canadiense Bank of Scotia, propietario ya en la plaza chilena del Scotiabank, el ex Banco Sudamericano. Los ejecutivos de las dos primeras instituciones se han reunido ya en varias oportunidades y han lanzado el plazo de mediados de septiembre para formalizar la oferta de compra de acciones.
Esto trae severas consecuencias para el país puesto que coloca a un banco más en dependencia directa de capitales extranjeros, lo que vienen a buscar rápidas ganancias para luego expatriarlas a su lugar de origen cuan rápido sea posible.
La compra del Banco del Desarrollo le quita a la economía chilena un actor importante de la banca nacional que ha estado dirigido a fomentar el trabajo hacia las pequeñas y medianas empresas que son las que más necesitan de un apoyo financiero para mantener en vigor sus operaciones.
Precisamente este aspecto está en veremos debido a que un banco foráneo no tendrá el mismo compromiso con los pequeños empresarios chilenos que pueden verse ahogados en deudas de un día para otro.
Es un hecho que toda esta ola de fusiones y adquisiciones de bancos chilenos profundiza la desnacionalización de nuestro modelo económico y favorecen la concentración de áreas claves de la economía en manos extranjeras.
Es de una evidencia primaria que estas inversiones traen consigo pérdida de soberanía pues desde ahora en adelante las mayores decisiones del Banco Del Desarrollo no se tomarán en Santiago sino en Canadá y serán canadienses quienes dirijan su accionar en la plaza local.
Y ante este escenario en vez de defender los intereses nacionales hoy vemos como las autoridades del país no sólo dan el visado a estas operaciones, sino que las alientan y las presentan como un gran haber de la economía chilena que de esta forma reflejaría su buena salud al dar confianza para que se materialice más y más inversión extranjera.
Ante esta situación y como trabajadores bancarios debemos decir que nos encontramos alerta ante este proceso de compra que profundizará más aún la concentración en pocas manos de la banca nacional, cosa que tememos pueda una vez más afectar negativamente a los trabajadores puesto que como marco de esta operación, no están descartados los masivos y recurridos despidos de personal.
Como siempre pensamos, creemos que la inevitable reestructuración de personal va a afectar al eslabón más débil que somos los trabajadores.
Ante ello llamamos a nuestros colegas del Banco del Desarrollo a estar preparados ante esta operación financiera pues no descartamos que tengamos que realizar acciones en defensa de aquellos puestos de trabajo que con tanto esfuerzo ha logrado consolidar la economía chilena desde que naciera aquella conocida institución.
