MINUTA DE TRABAJO: LOS BANCOS EN CHILE


En Chile está terminando un ciclo económico, caracterizado por la liquidez internacional, y la alta demanda de commoditties, como el cobre y otros minerales. La desaceleración de la economía China, y el desempeño relativamente pobre de las economías desarrolladas, señalan el fin de este periódo. Las economías emergentes están entrando en zona de turbulencia, lo que ha quedado patente con el peligro de que Argentina vuelva a caer en una situación de cese de pagos (default).

El ciclo de súper precio del Cobre y otras materias primas que suman el 60% de las exportaciones chilenas, provocó altas tasas de inversión, aumento sostenido de los salarios reales paradójicamente combinado con un crecimiento anémico de la productividad y la caída de la participación de los salarios en el producto nacional, y una demanda interna que se transformó en un componente locomotor del crecimiento económico.[1]   Los precios de las materias primas alcanzaron sus máximos en 2011, y desde entonces han caído lentamente, tendencia que continuará en los años venideros, con una velocidad que dependerá del desempeño de las gigantescas economías emergentes de Asia, especialmente China e India, que además de ser las factorías del mundo globalizado actual, con su masivo proceso de urbanización consumen ingentes cantidades materias primas. [2]

Ahora en Chile las tasas de inversión, y las importaciones de maquinarias y vehículos de trabajo, están cayendo rápidamente, y consecuentemente se revisan a la baja una y otra vez las expectativas de crecimiento. En Julio de 2014, el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, redujo la estimación de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) a un rango de 2,5 %-3,5 % para este año desde un cálculo previo del 3,0 %-4,0 %. Por el contrario la inflación está en alza y la previsión para el año ahora es de un 4,0 %, desde un pronóstico anterior del 3,0 %.[3]

En este contexto de desaceleración económica, la banca chilena acumula resultados por US$ 1.927 millones entre enero y mayo de este año.

Según datos de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), la cifra es 54,17% superior a la registrada por la industria en el mismo período de 2013.[4]

Destacan por sus ganancias de mayor a menor los siguientes bancos; Banco de Chile ($261.226 millones), Santander Chile ($258.519 millones), BCI ($137.680 millones), CorpBanca ($100.855 millones) y BancoEstado ($65.841 millones), En sexto lugar aparece BBVA Chile con $39.173 millones, seguido de Scotiabank Chile ($38.954 millones) e Itaú Chile ($33.771 millones).

 

La rebaja a la Tasa Máxima Convencional de Interés, estaría provocando de una parte un proceso de transferencias y fusiones del negocio financiero del retail a la banca, y de otro la salida de la bancarización de una importante cantidad de personas que dejarían de ser sujetos de crédito.

La tasa de interés ha pasado desde un 54% anual en diciembre de 2013 a 46% en 2014, y se estima que caerá a un 37% en 2015.

 

La Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF) calcula que en el primer trimestre de este año 300.000 personas saldrán del sistema bancario, de los que más de 26 mil personas ya han salido, como consecuencia de la reducción de la tasa máxima convencional[5]

Algo mal con el razonamiento de la ABIF, el promedio de utilidades en el mundo de la banca a nivel mundial es de 5 – 6%, en Chile son 5 veces más altas, sin embargo la rebaja de la Tasa Máxima Convencional, no puede ser absorbida por la banca según la ABIF, y deben “desbancarizar” a 300 mil personas. Es probable que en esta cifra tan abultada encontremos más bien las consecuencias del fin del ciclo de alto crecimiento, con sus secuelas.

Si se piensa que una parte importante del dinamismo económico exhibido por la economía chilena viene por el lado del consumo, impulsado a su vez por el endeudamiento, e igualmente mucho de la sensación de bienestar de amplios sectores de la población que han visto abierta la posibilidad de adquisición de bienes de consumo duraderos, la rápida reducción del número de sujetos con capacidad de endeudamiento bancario tendrá un impacto social importante.

Patricio Guzmán S.