A tres meses del Transantiago


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En tres meses, han llenado de parches que «han tapado santos desvistiendo a otros», así se abren nuevos recorridos, pero sin aumentar los buses, reduciendo la frecuencia de otros recorridos. La gente que habitualmente vivimos lejos de nuestro lugar de trabajo o estudio tenemos que hacer trasbordos, perdiendo tiempo en los paraderos por la pésima frecuencia. Todo el sistema está orientado hacia el metro, que no tiene suficientes líneas para toda la ciudad y que tiene su capacidad colapsada. El pesimo sistema de transpórte público en manos privadas está impulsando más uso del automóvil, así aumenta la contaminación de Santiago. En resumen nos han quitado horas de sueño, incentivan la contaminación, nos hacen perder más tiempo en viajes, que en promedio, ya eran muy largos antes de que inventaran este nuevo negociado para los bancos y las grandes empresas. La palabra que resume estos meses de funcionamiento del Transantiago es FRACASO.

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Quieren subir las tarifas.

Argumentando que el nuevo sistema de transporte está desfinanciado, el gobierno pretende que el parlamento apruebe una transferencia a las empresas privadas de 290 millones de dólares, en caso contrario amenaza con subir las tarifas, y además tienen la desfachatez de acusar de la quiebra – de un sistema mal planeado desde un comienzo y peor implementado – a la evasión de los usuarios, cuando toda la tecnología de las «tarjetas de pago inteligentes» y los sistemas de GPS y medidores de flujo de público, todavía no funcionan. Parlamentarios de la derecha, ya están declarando que la única manera de sostener el servicio de transporte en la capital es con pasajes de un dólar. Sólo buscan garantizar sus ganancias a los grandes bancos. For now we’ve decided to take a fairly hands-off college home work approach. Nos parece una vergüenza por partida doble.

Creemos que es inmoral que el gobierno de la Concertación «regale» dinero a las empresas privadas (Sonda, los bancos y un grupo de grandes empresas de transporte) que ni siquiera han dado el servicio al que se comprometieron. Ese dinero serviría para solucionare el drama de los deudores habitaciones de todo el país, entre las muchas necesidades sociales urgentes que tenemos.

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El sistema de los amarillos se financiaba y daba ganancias con esta tarifa.

Las tarifas del sistema anterior, también privado, se fijaban según un polinomio que tomaba en consideración los costos y la ganancia de los dueños de los buses, y oscilando en torno a 350 pesos, permitía mantener el transporte y las ganancias de los patrones. De lo anterior se deduce que un sistema orientado según las necesidades de los trabajadores y los estudiantes, y no del lucro, podría funcionar incluso con menor tarifa. Los trabajadores no tenemos que pagar las embarradas del gobierno de Lagos y Bachelet, ni menos aún aceptar que se garantice la ganancia a los capitalistas a costa nuestra. Este desastre tiene solución.

Necesitamos una empresa de transporte de propiedad estatal y bajo la administración de los trabajadores y representantes de los vecinos, que nos trasporte en condiciones razonables, con las líneas y frecuencias que necesitamos, y que no tenga finalidades de lucro capitalista sino de servicio a la población. El gobierno tiene que reconocer de una vez por todas que esto fracasó y como medida de emergencia reponer las líneas y frecuencias antiguas inmediatamente. Si seguimos igual el problema se agravará con la llegada del invierno y las lluvias.

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Preparar la movilización.

La condición para que las autoridades nos escuchen es que preparemos una movilización general en serio no solamente en Santiago sino también en las regiones. Los trabajadores en Santiago no podemos seguir soportando el abuso y el empeoramiento de nuestra calidad de vida por culpa de lagos, Bachelet y sus tecnócratas. Los trabajadores de regiones tampoco pueden quedarse sin protestar al ver que el dinero del estado se dilapida en un hoyo sin fondo en la capital, cuando todavía no se da solución a la reconstrucción del terremoto del norte y no se cumplieron las promesas electorales para Chiloé, solo para mencionar un par de ejemplos.